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¿Cómo eliminar el roce en una puerta?

Puerta de entrada

A más de uno le habrá sucedido este problema tan común: No podemos abrir o cerrar cómodamente una puerta de madera. Para evitar arruinar nuestra puerta porque la forzamos cada vez que entramos o salimos, lo mejor es encontrar la raíz de este inconveniente e intentar darle una solución.

Causas por las que una puerta roza en suelo

La causa más común de este tipo de problema es la humedad. Sabemos que la madera es un material orgánico que cuando está expuesto a la humedad la absorbe de forma proporcional a su exposición. Como consecuencia de la absorción de humedad la puerta se hincha.

Otra causa posible es el exceso de pintura o barniz en los cantos de la puerta. Si el pintor ha sido un poco desprolijo, puede no haber notado algunos chorros de pintura en los cantos, que posteriormente se secaron. Otro posible error es que haya dado excesivas manos en los cantos, las cuales poco a poco sumaron espesor a la puerta.

Un tercer origen del roce en las puertas son las bisagras dañadas. Con el uso permanente y el paso del tiempo, las bisagras se debilitan y comienzan a perder su funcionalidad. Puede suceder que las bisagras se desacoplen, como consecuencia de la madera hinchada. También puede ocurrir que las funcionen mal porque la madera de la puerta o del marco ha comenzado a agrietarse, o porque los tornillos están flojos.

Tengamos presente que en algunos casos el roce en las puertas puede deberse a una combinación de las causas anteriores. Por ejemplo la humedad produce que nuestras puertas se hinchen, como consecuencia la puerta funciona mal y roza.

Cómo solucionar el problema

Puerta de dos hojas

Conocidas las causas del roce en una puerta de madera es hora de tomar cartas en el asunto y encontrar la mejor solución. Sentiremos un gran alivio al poder abrir y cerrar la puerta sin inconvenientes.

Canto inferior: La superficie que roza puede ser la parte inferior, la superior o los costados. Si identificamos que el roce está localizado entre la parte inferior de la puerta y el suelo podemos aplicar una solución muy sencilla. Lo más probable es que haya suciedad acumulada, haya alguna aspereza en la misma puerta, o que hayan defectos en el suelo que impidan el cómodo movimiento de la misma. Procederemos así: Colocamos papel de lija sobre el suelo, con el abrasivo hacia arriba. Con el pie, o con cinta e papel, sostenemos la lija para que no se corra. Luego movemos la puerta un par de veces para que se desgaste un poco la zona afectada. Verificamos si se eliminó el problema. Si todavía persiste, podemos desmontar la puerta y lijar más cómodamente la parte inferior. Otra posibilidad antes de lijar es desmontar la puerta y colocar pequeñas arandelas en las bisagras.

Cantos laterales: En caso de que la zona de roce sea en los cantos de los costados, también el lijado es una buena solución. Lijar nos permitirá eliminar los excesos de pintura o barniz en el canto. Es mejor que llevemos a cabo este trabajo durante un día de calor y con poca humedad, ya que este fenómeno agrava aún más el problema de roce.

Canto superior: Si la parte superior de la puerta roza con el marco no será necesario desmontarla, bastará con realizar un cepillado y lijado prolijo.

No olvidemos, cualquiera sea la zona de roce, debe verificarse el estado y el funcionamiento de las bisagras. Pueden que los tornillos estén flojos o rotos. Incluso, la misma bisagra puede estar dañada y gastada, en cuyo caso deberíamos remplazarla.

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