Dicen que un buen trabajo de pintura no se nota, es decir que no hay chorreaduras, manchas en el piso o en los muebles. La pintura está donde debe estar y el resultado es impecable. Aquí van algunos consejos para trabajar como un profesional de la pintura.
Remueve todos los objetos: decoraciones existentes en el espacio, accesorios y todos los elementos que no sean de carácter permanente, por ejemplo relojes de pared, cuadros y tapices. Mueve todos los muebles que se encuentren junto a las paredes. Si es posible quítalos fuera de la habitación. Sino, cúbrelos para evitar que se manchen y se ensucien. Además esto ayudará a trabajar con mayor comodidad.
Remueve todo el polvillo, telas de arañas y otras suciedades que haya en las paredes una vez estén totalmente descubiertas. Si las paredes están muy sucias, como por ejemplo en una cocina, vas a necesitar lavarlas con abundante agua tibia y jabón. Espera el tiempo suficiente para que se sequen completamente.
Prepara correctamente las paredes para pintarlas. Una buena preparación de las superficies es fundamental para garantizar un acabado final prolijo. Lija las paredes con irregularidades. Tapa todos los orificios y grietas con productos adecuados. Déjalos secar completamente para luego lijar cuidadosamente.
Tapa el piso. Coloca algunos plásticos, hojas de diario o cartones para proteger el piso y cuidar los muebles. Puedes unir estos elementos con cinta para asegurar que no se muevan accidentalmente durante el pintado. Sino, simplemente los pueden dejar apoyados sobre el suelo.
Prepara todos los utensilios y herramientas necesarias. Asegúrate que posees a tu disposición los pinceles, brochas, rodillos, etc. Estos últimos se suelen utilizar en áreas grandes, los pinceles se utilizan para los bordes, las aberturas y los detalles.
Imagen de Fredrik Lindström
